Como todo Club de barrio, Gonnet subsiste pura y exclusivamente de la cuota social. Los destinos de la Institución tienen como base fundacional el ingreso monetario que mes a mes los papás de los jugadores, diferentes allegados, y en muchos casos los jugadores mismos, aportan en concepto de cuota societaria.
Con ese aporte se pagan los servicios, los impuestos, los salarios y el alquiler del predio de Sordomudos. Con esa suma de dinero que por supuesto cuesta pagar, pero que si uno analiza es mucho menor que cualquier gasto corriente que una familia puede tener, se compran los materiales para los entrenamientos, los insumos para el mantenimiento de los predios, las inscripciones a los torneos y la indumentaria que usan los chicos cada fin de semana, entre otras cosas.
Por eso es tan importante. Y por eso, aunque a veces resulte desagradable hacerlo, insistimos con el pago de la cuota todos los meses. Se entiende la situación económica por la que se está atravesando y se contemplan situaciones excepcionales en las que una familia no puede afrontar ese compromiso. Esos casos existen. Se hablan y se resuelven.
Pero al mismo tiempo, acudimos al compromiso de todos y convocamos todo el tiempo a pensar qué lugar ocupa el Club en la sociedad y qué aporte le hace a cada chico que participa de las actividades. A veces, no tomamos dimensión del rol de la Institución, entonces caemos en el error de considerar que es elevado el valor de la cuota; pero sin embargo, no es más que lo que se puede gastar en una salida, en una cena, en dos kilos de helado, entre muchos otros ejemplos.
Hace tiempo que la Institución viene apostando a ser un Club modelo. Todos coincidimos en los valores esenciales que perseguimos y eso es un punto muy valioso para el crecimiento exponencial que se viene dando. Sin embargo, falta mucho por mejorar, por supuesto, pero estamos convencidos de que se está transitando por el camino correcto. Y para seguir en esta dirección, siempre se va a necesitar del aporte de todos.
